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En
esta temporada donde las reuniones en línea son cada día más frecuentes,
me parece frustrante desperdiciar el tiempo en aquellas que resultan inútiles
porque se prolongan más de lo necesario e incorporan personas que no deberían
participar e incluso y no se llega a acuerdo alguno porque falta claridad en el
objetivo para el que fueron convocadas.
Hace
tiempo leí en la revista Forbes que un ejecutivo promedio invierte un promedio
de 23 horas semanales en reuniones, casi la mitad de su tiempo de trabajo, dato
que me pareció confiable en base a mi experiencia profesional; sin embargo, lo
que elevó mi frustración, fue enterarme que aproximadamente 15% de ese tiempo
(4 horas) se desperdicia por atrasos e ineficiencia de quienes participan en
las reuniones.
Con
seguridad tú también participas en reuniones inútiles con cierta
frecuencia, por lo que debemos hacer algo para evitar que eso siga sucediendo.
Creo que lo primero que debemos hacer es preguntar el motivo de la junta,
cuánto durará y por qué se considera que debo participar (si requieren alguna
información particular o determinados datos). Si no me pueden responder con
precisión, será mejor declinar amablemente.
Quizá
hayas participado en algún curso de capacitación sobre “reuniones efectivas
de trabajo” y la vorágine del trabajo diario te ha hecho olvidar lo que
aprendiste al respecto. Por ello, te ayudaré a recordar a través de las
siguientes preguntas:
¿Realmente debe durar una hora la reunión? Quizá si se reduce el tiempo en 15 minutos, quienes participen agilicen sus intervenciones, ya que generalmente tratamos de ajustarnos al tiempo que se nos otorgue. Ahorrar 15 minutos cada reunión nos llevará a acumular varias horas para concentrarnos en nuestras actividades sustantivas.
¿Conviene recordar el propósito de la reunión al comenzar?
Se acordó que fuera una reunión para informar avances, para analizar alternativas o revisar propuestas, para tomar alguna decisión, entonces anótalo en el pizarrón para enfocar a todos los asistentes o pide que se resalte en la agenda. Busca que tenga un solo objetivo la junta, de otra manera puede perderse el enfoque. Si alguien se desvía del objetivo, será más sencilla reencausarle o proponer otra fecha para revisar el tema de su interés.
¿Podrías invitar a un cierre 5 minutos antes de concluir
la reunión?
Eso puede llevar a que los asistentes reconozcan los
acuerdos y compromisos realizados, con quienes se deberán coordinar, así como
las fechas pactadas. Un buen cierre puede generar la impresión de una reunión
productiva.
Te
aseguro que implementando pequeños cambios en nuestra manera de intervenir en
las reuniones podremos mejorar nuestro desempeño diario y lograr mayor
efectividad en lo que hacemos. Muchas veces, esos pequeños cambios pueden
causar un gran impacto. Así como reducir nuestra frustración.
En
buena medida, la efectividad de una reunión dependerá del trabajo realizado de
antemano. Espero me cuentes como resultan esos pequeños cambios que realices en
la agenda de tus reuniones.
Guadalajara,
Jalisco a marzo 16 de 2021.
Norah Terrazas es Coordinadora de Proyectos en Sepanka Suite, donde colabora en el desarrollo de la Plataforma para la Gestión y Desarrollo del Talento. Se ha formado en el área de Recursos Humanos y desempeñó cargos directivos en varias organizaciones.