Hace un mes estoy trabajando desde casa. He seguido las múltiples recomendaciones sobre el tema: tengo un espacio exclusivo para desarrollar mis actividades, evito distracciones domésticas, me levanto de tanto en tanto a tomar agua, para ir al toilet y estirar las piernas; aunque me siento más productiva, mi jornada diaria, se ha prolonga más allá de lo habitual.

Eso último, me hizo reflexionar sobre el concepto de productividad que se basa en la medición del tiempo que tardamos en elaborar un producto o en proporcionar un servicio. Entonces, si estoy extendiendo mi jornada, ¿realmente estoy siendo más productiva?

Busqué información al respecto y encontré que los expertos de la prestigiosa universidad norteamericana de Stanford, luego de realizar una investigación, estimaron que los empleados que trabajan desde casa son en promedio 20% más productivos.

Dato que empresas como IBM de México han confirmado desde hace tiempo. Porque 20% de sus casi dos mil trabajadores hacen home office debido a que comprobaron que dicha modalidad de trabajo ha impactado favorablemente los resultados del negocio.

Quizá la respuesta a mi pregunta sobre la productividad sea afirmativa, pero ¿qué sucede con mi calidad de vida? ¿Qué pasa? con aquello de que las actividades que desarrolle deben llevarme a experimentar satisfacción y bienestar tanto en el contexto laboral, familiar y personal.

Continué mis indagaciones y encontré que otros expertos ven en el home office una solución para adaptar el trabajo a la vida, para mejorar las condiciones económicas, para flexibilizar la forma de realizar actividades.

Trabajar desde casa, entre otras cosas, permite ahorrar dinero en transporte, en comidas rápidas, en tintorerías, en tiempos de traslado; además, permite disfrutar un poco más de sueño por la mañana y quizá de otro ratito adicional de relax durante el almuerzo.

Destinar lapsos al descanso, que estén bien acotados resulta importante. Dejar descansar a la mente y evitar sentirse abrumado por toda la carga de actividades, definitivamente resulta necesario y a la larga, mejora mi calidad de vida.

Por eso, me propondré, silenciar las notificaciones de whatsapp y apagaré la computadora a una hora prudente. Mi trabajo no implica que esté disponible las 24 horas del día. Voy a tener en cuenta que debe existir equilibrio entre la vida laboral y la personal. Consideración, que voy a compartir con varios de mis colegas, algunos clientes y hasta con mi jefe.

Esta nueva fórmula de trabajo denominada home office y que va en aumento, nos vuelve más productivos y rentables; sin dejar de lado que, debe mejorar nuestra calidad de vida.

Por último, debo decir que las investigaciones también indican que el trabajo desde casa, no es para todos; pero, para quienes cuentan con el talento y la disciplina para llevarlo a buen término, vayan mis felicitaciones.

Guadalajara, Jalisco a 20 de Abril del 2020