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Antes de la pandemia, casi el 20% de las personas adultas experimentaron algún tipo de padecimiento mental como la ansiedad o la depresión. Cifra que se ha elevado a más del doble durante el último año y medio. De hecho, regresar a trabajar a las oficinas generó ansiedad en nuestros colaboradores. Trastorno que pocas organizaciones hemos sabido gestionar satisfactoriamente; no obstante que, en el área de Recursos Humanos trabajamos uno que otro psicólogo.
El diagnóstico de depresión se ha incrementado de
manera importante ente las personas de la generación Millenial y los
jóvenes. Padecimiento que no se reconoce en las empresas, pero que está
asociado a un bajo rendimiento, lo que afecta tanto al individuo como a la
organización. Aunque buena parte de las
personas depresivas no consultan al médico y menos a un psiquiatra, existen
repercusiones laborales, familiares y sociales.
Aprender a reconocer algunos de los síntomas de la depresión podrían ayudar a canalizar a la persona hacia un debido tratamiento; de manera que cuando algún colaborador se queje de que se siente sobrecargado de trabajo y que las fechas límite son muy ajustadas, valdría la pena revisar si eso sucede en realidad o es producto de su fatiga y abatimiento general.
Luego de una entrevista profunda dirigida a detectar síntomas depresivos, y en caso de considerarlo necesario, se podría aplicar una Escala de Valoración de la Depresión de Hamilton, si un miembro del equipo muestra señales de depresión es importante actuar con rapidez. No se debe suponer que el problema desaparecerá o mejorará por sí solo.
Algunas de las manifestaciones en el comportamiento que pueden estar asociadas con la depresión y que pueden observarse son:
- Descuido en el aseo personal y en la presentación
general.
- Pereza, falta de energía, cansancio.
- Irritabilidad o mal humor, incluso arrebatos de
enojo.
- Problemas de memoria, concentración o dificultades
para tomar decisiones.
- Sentimientos de desesperanza, pesimismo, culpabilidad.
- Episodios de llanto.
- Conversaciones sobre suicidio.
Ayer durante una conversación sobre este tema, una
persona dijo: “si nos hubieran dicho que este muchacho estaba en tratamiento
contra la depresión, lo hubiéramos tratado de manera diferente. De alguna
manera, hubiéramos tratado de evitar se suicidase”. El muchacho en cuestión, a
últimas fechas abandonaba la sala de juntas cuando alguien criticaba sus
presentaciones, se quejaba de insomnio frecuente y se le veía desaliñado.
Incluso su jefe había expresado la posibilidad de despedirlo debido a errores y
atrasos en la entrega de algunos trabajos. Comportamientos que la mayoría de
sus compañeros reconocieron durante el funeral.
Si aparecieran entre los miembros de nuestro equipo alguno de los comportamientos descritos, es importante ser proactivos y proponer lo antes posible una conversación entre el colaborador y una persona preparada en temas de salud mental. Siempre tratando con respeto y afecto a la persona, ofreciéndole ayuda para lidiar de la mejor manera posible con el trance que esté padeciendo.
Todos hemos tenido que aprender a
convivir con sentimientos de incertidumbre, de ansiedad o de miedo.
Evidentemente hay muchas personas que han pasado de lo peor esta pandemia y han
vivido experiencias traumáticas o dolorosas, de desgarro, de las que costará
mucho tiempo recuperarse. Lo que ha vuelto más difícil detectar a un compañero
verdaderamente deprimido. Por eso debemos prepararnos para detectar a un
colaborador deprimido.
Guadalajara, Jalisco a diciembre 6 de
2021.
Norah Terrazas es Coordinadora de Proyectos en Sepanka Suite, donde colabora en el desarrollo de la Plataforma para la Gestión y Desarrollo del Talento. Se ha formado en el área de Recursos Humanos y desempeñó cargos directivos en varias organizaciones.