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Me he percatado que en varias
empresas la evaluación del desempeño individual no se encuentra alineada con la
evaluación de resultados estratégicos. Existe poca claridad para articular las competencias,
es decir los conocimientos, habilidades y aptitudes con los resultados
que se deben conseguir.
Para ilustrar dicha situación
tomaré como ejemplo una competencia que la mayoría de los colegas
califica como transversal: orientación a resultados. Al ser una competencia
transversal, genérica o clave, como se le prefiera denominar, se debe entender
que es una característica que se aplica a todos los miembros de la organización
al realizar diferentes tareas y en contextos distintos. Es una cualidad
esencial.
Dicen los que saben que, orientación
a resultados es una inclinación del ánimo de las personas, un interés por
alcanzar y de ser posible, superar los resultados previstos. Interés que se
demuestra fijando metas, gestionando recursos poniendo cuidado en la calidad,
costos y beneficios. Comportamiento que se puede percibir y, por tanto, es
posible medirlo.
Para calificar dicha competencia
se establecen escalas o niveles de dominio que son progresivos. La graduación
de los dominios permite conocer en qué medida una persona es competente, apta o
capaz.
Conforme la tabla anterior,
un Auxiliar de Almacén podría eliminar barreras para lograr objetivos con
calidad y oportunidad, lo que le haría candidato a una promoción; pero está
impedido para implementar mejoras porque no cuenta con la autoridad suficiente
para hacerlo. En tanto que el Gerente de Logística está obligado a calificar
alto tanto en el cumplimiento como en la eliminación de barreras. Lo que
resulta sencillo de comprender.
No obstante, lo anterior yo
pregunto ¿Qué hacen colegas cuando un Gerente de Logística no implementa
mejoras en el sistema, pero cumple con los objetivos? ¿qué hacen cuando sus
gerentes se vuelven muy operativos y realizan pocas o ninguna propuesta para
mejorar el retorno de la inversión?
¿Cómo harán para alinear las competencias esperadas con los resultados?
Alinear los resultados esperados
con las competencias requeridas para conseguirlos es una tarea minuciosa
que demanda tiempo y dedicación, pero que rinde frutos, ya que permite fundamentar
sólidamente los programas de capacitación y desarrollo indispensables para
impulsar mejoras en toda organización.
Si se desea ir un paso
adelante, alinear los objetivos de los colaboradores con las metas
organizacionales puede hacer que incrementen su sentido de pertenencia al darle
significado a su esfuerzo; además, con ello se elevaría la retención del
personal y se disminuirían los gastos por reposición.
Seleccionar en un libro o en
un diccionario competencias para evaluar el desempeño del personal no es
recomendable. Estudiarlas para identificar aquellas que se alinean con los
objetivos de la organización o para adaptarlas con ellos, es lo más
conveniente. Difundir dichas competencias entre el personal, así como el
nivel de dominio que requiere cada puesto es fundamental para orientar todos
los esfuerzos hacia la meta común de toda empresa: ser lucrativa.
Aunque requiera tiempo y
bastante coordinación con los miembros del equipo directivo de la organización,
es indispensable alinear las competencias con los resultados estratégicos.
Guadalajara, Jalisco a julio 13 de 2021.
Norah Terrazas es Coordinadora de Proyectos en Sepanka Suite, donde colabora en el desarrollo de la Plataforma para la Gestión y Desarrollo del Talento. Se ha formado en el área de Recursos Humanos y desempeñó cargos directivos en varias organizaciones