Hoy en día, los líderes están enfrentando desafíos muy complejos y los cambios con que deben lidiar son enormes; además, está fuera de su alcance controlarlos. Así también, la velocidad con que se dan los cambios se ha acelerado drásticamente, lo que orilla a los líderes a mantener constante su nivel de urgencia, estar alerta para responder ante cualquier problema que se presente y conservar, en la medida de lo posible, la fluidez en las operaciones. Los líderes necesitan renovarse para continuar ejerciendo su papel directivo y las organizaciones a las que sirven deben apoyarlos durante ese proceso.                     

No obstante que los líderes han venido realizando proezas demostrando conocimiento y dominio de las operaciones de los negocios; generando confianza y compromiso entre sus colaboradores, motivándoles a cumplir las metas establecidas; colaborando con pares, jefes y clientes para encontrar mejores formas para trabajar; manteniendo la calma aún en situaciones avasalladoras, están agotados y exhaustos.

Ese líder con quien te gustaría trabajar o en quien aspiras convertirte, que cuenta con cualidades como la habilidad para negociar, la resiliencia y el pensamiento crítico, que son altamente valoradas en cualquier empresa, requiere de un ambiente laboral que fomente el crecimiento de sus colaboradores para alcanzar su máximo potencial. Necesita una organización donde se comprenda que la diferencia con sus competidores la marca el talento de los miembros que la conforman, para poder rendir sus mejores frutos.

La situación tan crítica que estamos padeciendo parece indicar, por un lado, que existe la necesidad de desarrollar habilidades blandas en los líderes, tales como la resiliencia, la inteligencia emocional o el manejo y resolución de conflictos. Por otro lado, parece requerir del fortalecimiento de las habilidades técnicas para mejorar los flujos de trabajo y resolver problemas propios de las operaciones de los negocios.

Un líder en la actualidad requiere contar con una mezcla de atributos que puede desarrollar capitalizando las experiencias y también preparándose a través de cursos formativos. Para capacitarse en esta coyuntura requiere tiempo, voluntad y constancia. Ahora bien ¿Quiénes están dispuesto a formarlos?

Muchas empresas prefieren buscar líderes afuera de sus muros en lugar de desarrollar a sus empleados con alto potencial o a sus supervisores y gerentes que han tenido personal a cargo durante bastante tiempo, porque ignoran que el desarrollo de las habilidades de liderazgo debe ser un esfuerzo continuo en los niveles de la organización.

Brindar capacitación a quienes se tenga identificados como líderes tiene muchos beneficios para la empresa y uno de ellos, es que se construye una cultura de confianza y respeto cuando se invierte en desarrollo del talento.

Si alguno o algunos de tus mandos medios o directivos muestra comportamientos como: terquedad, indecisión, usa argumentos vagos para justificar las fallas, culpa a otros de las mismas, muestra favoritismo entre el personal a su cargo…es tiempo de que tu empresa lo prepare, ya que la capacitación formal proporciona un espacio para obtener retroalimentación para mejorar el desempeño.

Piensa que las nuevas situaciones que traen los cambios, requieren formas distintas para abordarlas y quizá los líderes de tu empresa no están completamente preparados para responder satisfactoriamente. Mejor ayúdalos, capacitándolos.

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Guadalajara, Jalisco Abril 27 de 2021