Tus datos están seguros con nosotros.
Puedes eliminar tu suscripción en cualquier momento.
El Salario Emocional puede
marcar la diferencia para permanecer
en una empresa o buscar otra oportunidad de empleo; por eso ha vuelto
estratégico contar con un programa de factores “no económicos” que propicien la
satisfacción en el trabajo.
Este tipo de factores “no
económicos” deben tender a satisfacer las necesidades personales, familiares y
profesionales de los colaboradores y procurar una mejora en su calidad de vida.
Además de conseguir, que resulten valiosos para la persona quien los reciba,
deben mejorar su opinión de la empresa que se los otorga.
El Salario Emocional,
se llama salario porque busca una contraprestación de la persona hacia la
empresa y se denomina emocional, debido a que la emoción es el impulso que
induce a la acción. Las emociones nos llevan a mostrar comportamientos como
buscar confort, ayudar a las personas o agredirlas. El odio, la ira, la
repugnancia son emociones que pueden llevar a un colaborador a renunciar a su
trabajo.
De manera que, el Salario Emocional
se ha convertido en un tema fundamental en aquellas organizaciones que buscan
elevar su productividad, reducir el ausentismo y la rotación, así como mantener
un buen clima laboral.
Diseñar y construir un
programa de Salario Emocional implica erogar algunos gastos para la
empresa. Debe sumarse al salario económico, aunque sea una inversión. Es una
inversión que favorece a los colaboradores y por ende a la misma empresa.
Según los expertos, las
empresas deben centrar sus esfuerzos en los siguientes aspectos para
fundamentar el salario emocional para sus colaboradores:
1. Factores de Desarrollo Profesional.
Ofrecer oportunidades de progresar resulta muy atractivo para los colaboradores. Contar con un programa de Capacitación y Desarrollo que se difunda entre el personal eleva su fidelización, ya que les hace mirar a largo plazo.
2. Factores de Compensación Psicológica.
El
reconocimiento al trabajo bien hecho, a la colaboración y al avance profesional
estimulan la participación y el involucramiento del personal.
3. Factores de Conciliación
Trabajo-Familia.
El
respeto a las jornadas de trabajo, la eliminación de comunicados fuera de
horarios laborables, la disminución de horas extras o la posibilidad de otorgar
tardes libres por el logro de objetivos son altamente valoradas por los
colaboradores.
4. Factores de Valor Añadido.
Factores
como la cercanía de la empresa a la vivienda del colaborador, el servicio de
transporte o comedor, contar con equipos tecnológicos de última generación para
desarrollar el trabajo, los horarios flexibles resultan convenientes para
algunos miembros de las empresas.
Implementar un programa de Salario Emocional debe ser producto de un plan estratégico vinculado a un sistema de gestión de personas, en el que deben involucrarse desde la Dirección y las gerencias hasta implicar a los mandos intermedios.
Para la población que labora
activamente, los factores emocionales que condicionan su trabajo son cada vez
más decisivos, especialmente durante la pandemia, donde la sensación de “vivir
para trabajar” está a flor de piel. Por ello, quienes trabajamos en Recursos
Humanos debemos buscar opciones para ofrecer un mejor Salario Emocional a
nuestros colaboradores y convencer a los directivos de la empresa sobre los
beneficios de invertir en ello.
Estamos conscientes que una
tercera parte de nuestra vida la dedicamos a trabajar y no podemos pensar en
ello solo en términos económicos. Pero ¡cuidado! Un Salario Emocional
alto nunca puede compensar un salario económico bajo.
Coméntanos qué has hecho en tu empresa sobre
este tema. Ayúdanos compartiendo tu experiencia.
Guadalajara, Jalisco a marzo 30 de 2021.
Norah Terrazas es Coordinadora de Proyectos en Sepanka Suite, donde colabora en el desarrollo de la Plataforma para la Gestión y Desarrollo del Talento. Se ha formado en el área de Recursos Humanos y desempeñó cargos directivos en varias organizaciones.