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Resulta normal que las personas experimentemos una amplia gama de pensamientos, sentimientos y reacciones ante la pandemia del Coronavirus. Sentirse preocupado, ansioso, agitado, desesperado, irritado, frustrado, molesto, temeroso, desamparado, triste, deprimido, pueden ser estados de ánimo propiciados por la situación que nos ha rebasado.
Nuestra rutina se ha modificado, tanto la familiar, como la social y ni que decir de la laboral; nuestros planes han debido cambiar, algunos los hemos aplazado, otros los hemos cancelado; en nuestra vida prevalece la incertidumbre.
Mantener una sana distancia y confinarnos voluntariamente en nuestros hogares en un afán por disminuir el contagio se ha convertido en el escudo para afrontar el COVID-19; sin embargo, ese escudo, no protege contra la ansiedad. La idea es aislarnos hoy para que cuando nos juntemos de nuevo, nadie falte. ¿Qué hacer entonces?.
Conductas compulsivas como comer en exceso, pasar horas jugando videojuegos, viendo series de televisión, son extremos que pueden considerarse focos rojos. También puede resultar nocivo, buscar información de manera recurrente sobre la pandemia. Evita desarrollar conductas negativas que puedan perjudicarte a ti mismo y a los demás.
Haz ejercicio, sube las escaleras de casa varias veces, muévete al compás de un video instruccional, haz yoga, practica Tai Chi, medita, ora, reza, reflexiona. No permitas que las emociones negativas te invadan. Distrae a tu mente, leyendo, dibujando, arreglando cajones, eliminando la hierba acumulada en las macetas.
Guadalajara, Jalisco a 6 de Abril del 2020.
Norah Terrazas es Coordinadora de Proyectos en Sepanka Suite, donde colabora en el desarrollo de la Plataforma para la Gestión y Desarrollo del Talento. Se ha formado en el área de Recursos Humanos y desempeñó cargos directivos en varias organizaciones.