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Recuerdo que cuando comencé a
trabajar en el área de Reclutamiento y Selección, un compañero me
dijo que la labor que él desarrollaba en ventas era muy similar a la que yo
desempeñaba. Que él conocía en detalle las bondades del producto que vendía,
por lo que mostraba a sus clientes la manera en que este podía satisfacer sus
necesidades; en tanto que yo, conocía en detalle los beneficios que la empresa
podía ofrecer a los candidatos, por lo que les mostraba la manera en que se
podían satisfacer sus expectativas de empleo. Comparación que me pareció
razonable y que me impulsó a prepararme mejor para representar con mayor
profesionalismo a mi empresa ante el público.
Poco después de recibir ese comentario,
tuve la necesidad de entrenar a un grupo de universitarios recién egresado para
apoyar la intensiva labor de reclutamiento que se llevaría a cabo ante
un proyecto de expansión; requerimiento que me llevó a revisar el perfil de
puesto de los vendedores y decidí que los prepararía con esa visión para
desarrollar sus habilidades y conocimientos.
Los jóvenes reclutadores
a quienes se contrató, hasta cierto punto llegaron preparados: conocían de
técnicas de entrevista y habían practicado, sabían aplicar e interpretar
exámenes psicométricos, verificar antecedentes laborales y contaban con algunos
contactos en empresas grandes como la nuestra; por lo que debíamos entrenarlos
para que conocieran con claridad la estructura de la empresa, así como sus
políticas y las descripciones de los puestos, se adentraran en los diversos
procesos de manufactura y reconocieran los productos fabricados, los canales de
venta, así como los principales clientes.
El período de inducción
inicial duró quince días y al cabo de un mes, estuvieron preparados para
comenzar a trabajar. El programa de entrenamiento completo duró tres
meses que, también era el plazo para conseguir una plaza definitiva.
Recuerdo que hubo algunas críticas
por parte de compañeros a quienes les parecía que el programa de
entrenamiento era muy extenso para “gente que solamente se dedicaría a
contratar”. Requirió tiempo y esfuerzo demostrar que contratar es una función
que exige una amplia gama de habilidades muy similares a las de un vendedor, cuya
función se considera determinante para la operación de la empresa.
El programa de
entrenamiento incluyó temas para desarrollar habilidades como: comunicación
efectiva, negociación, organización y administración del tiempo, orientación a
resultados, atención y servicio al cliente, lo que permitió que asistieran a
las sesiones algunos compañeros de reciente ingreso tanto del área de
Mercadotecnia como de Comercialización. Lo que, además demostró que mi
compañero tenía razón: las habilidades requeridas para desempeñar un cargo como
vendedor guardan similitudes con las de un reclutador.
Un reclutador que no ha sido
debidamente entrenado y que desconoce las habilidades técnicas y blandas que
debe tener un candidato, así como el ambiente de trabajo en el que se
desenvolvería en caso de ser contratado, más allá de atrasar el proceso de
selección, desperdiciando el tiempo de entrevista de quienes tienen la vacante,
puede generar conflictos en la organización.
Cuando un reclutador no está
conectado adecuadamente con el personal de la empresa, puede tener fallas en la
comunicación, su opinión respecto de los candidatos puede ser poco valorada, de
manera que su trabajo no estaría alineado con los objetivos de la empresa y la
búsqueda de candidatos se puede convertir en un desafío. Por eso, es tan importante
diseñar un programa de entrenamiento que incluyan tanto el
conocimiento de los procesos como de las personas que integran la empresa.
Una mala contratación es
costosa, por lo que conviene evitarla invirtiendo en el entrenamiento de los
reclutadores. Así como la empresa se preocupa por contar con insumos y
materiales de calidad para fabricar sus productos o brindar un servicio, así se
debe interesar en preparar a quienes abastecen del recurso humano con que sus
procesos se vuelven más eficientes y efectivos.
Si se quiere incorporar a los
candidatos más capaces que el mercado pueda ofrecer y reducir las brechas de
ajuste a los puestos debe respaldarse el entrenamiento de quienes los
reclutan y dotarlos de una plataforma digital para agilizar el proceso de
contratación; lo que definitivamente asegurará la calidad y éxito de las
contrataciones.
Guadalajara, Jalisco a octubre 5 de 2021.
Norah Terrazas es Coordinadora de Proyectos en Sepanka Suite, donde colabora en el desarrollo de la Plataforma para la Gestión y Desarrollo del Talento. Se ha formado en el área de Recursos Humanos y desempeñó cargos directivos en varias organizaciones.