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La principal causa de incapacidades laborales en el mundo es la
depresión. En 2017, el IMSS pagó 12 millones de pesos
por ese motivo, según una nota publicada en el periódico Excelsior. Esta
enfermedad afecta por igual a mujeres como a hombres, no hay un perfil
determinado. Cualquiera es vulnerable de
padecerla.
Según
los especialistas en el tema, la depresión y la
ansiedad generan una condición de discapacidad mayor en días de trabajo
perdidos, comparado con algunas enfermedades crónicas como son
enfermedades cardíacas, diabetes, cáncer, hipertensión o artritis. Además,
proyectan que en el futuro próximo serán
mayormente, los jóvenes quienes padecerán esa enfermedad.
Información
que a mi juicio resulta preocupante, ya que el manejo de los problemas de salud
mental en el mundo laboral no es sencillo. Situación que considero se
recrudecerá debido a que los Millenials han sido calificados como una
generación triste y depresiva.
La
Asociación Americana de Psicología ha realizado investigaciones que la llevaron
a determinar que las personas de la generación
Millenial tienen marcados problemas de autoestima y son quienes más
problemas de interacción han mostrado en el trabajo. Tienen poco conocimiento de cómo hacer frente a los problemas, al
fracaso y básicamente al mundo real en general, lo que propicia sus estados
depresivos.
Entonces,
si las personas que pertenecen a la generación Millenial cuentan con una
elevada tendencia a deprimirse, se deberán extremar las medidas preventivas
para evitar los riesgos psicosociales de lo que habla la NOM 035 (aquellos que provocan
ansiedad, alteración del sueño y estrés grave).
A partir del 23 de octubre de
este año, deberemos procurar un entorno organizacional favorable para nuestros
colaboradores, donde se promueva el sentido de pertenencia, se
capacite para la adecuada realización de las tareas y se definan con precisión
las responsabilidades de cada miembro.
Estamos conscientes que en nuestras organizaciones es factible identificar
colaboradores cuyo desempeño decrece, que se muestran desmotivados, apáticos o
fatigados, que se quejan de insomnio, cuya concentración se ve disminuida, que
postergan su participación en reuniones de trabajo, cuyo humor se va agriando al
pasar del tiempo, en resumen: colaboradores deprimidos. Personas, por las que hemos
hecho muy poco quienes trabajamos en el área de Recursos Humanos, pues la
operación diaria satura nuestra agenda o simplemente porque no sabemos cómo
ayudarlos.
Si realmente queremos ayudar a nuestros colaboradores que sufren
depresión debemos enseñar a los supervisores, mandos medios y altos de la
empresa a reconocer las señales de esta enfermedad, para así asegurar que
reciban tratamiento.
También,
deberemos diseñar programas formativos
para que nuestros compañeros de la generación Millenial potencien o desarrollen
tolerancia a la frustración, que es una habilidad para enfrentar situaciones
difíciles en el trabajo; para que desarrollen el pensamiento crítico, para que
mejoren su autorregulación emocional. En resumen, para que tengan una mejor
adaptación a la vida laboral y eviten caer en depresión.
Finalmente,
¿Ya sabes qué harás con la depresión de tus
colaboradores?
Norah Terrazas es Coordinadora de Proyectos en Sepanka Suite, donde colabora en el desarrollo de la Plataforma para la Gestión y Desarrollo del Talento. Se ha formado en el área de Recursos Humanos y desempeñó cargos directivos en varias organizaciones.